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El Ciclón logró la clasificación a las semifinales de la Copa Libertadores al empatar en el Mineirâo ante un insípido y desconocido Cruzeiro. San Lorenzo pudo haber liquidado la serie pero no supo hacerlo.
Un verdadero partidazo jugó el equipo de Boedo, que supo aprovechar el 1-0 de Buenos Aires, y madrugó a la raposa con un tempranero gol marcado por Nacho Piatti a los 10′.
La ventaja parcial, anotada tras un perfecto contragolpe, desmoralizó a un Cruzeiro que arrancaba con los bríos necesarios para revertir un resultado adverso.
El equipo azul precisaba anotar tres goles, lo que los descontroló y les obligó a ir al frente, en busca del empate.
San Lorenzo cerró muy bien los espacios, no dejó que el equipo mineiro acierte dos pases seguidos, e incluso, supo impedirles el remate de media y larga distancia.
El planteo del «Patón» Bauza iba perfecto, el anfitrión se adelantó en la cancha y le dejó grandes espacios al equipo del Papa; San Lorenzo tuvo claras chances para aumentar que no fueron aprovechadas por sus atacantes.
Cruzeiro era pobre futbolisticamente, y sus jugadores fueron presa de su propia ansiedad y malhumor, ya que el domingo perdieron el clásico ante Atlético Mineiro.
Las cosas no salían bien, y de yapa, a los 45′ los brasileños no empataron porque se produjo un verdadero milagro en el arco «Cuervo»; Marcelo Martens sacó un remate que pegó en el poste izquierdo, y cuando todos gritaban gol, la pelota caminó por la línea y rebotó en el otro palo, y ¡no entró!.
Para el complemento, San Lorenzo, que había quemado las naves en el primer tiempo, ya no tenía las mismas posibilidades en ofensiva, si bien pudo haber anotado al menos en una ocasión, mientras que la raposa luchaba a los ponchazos por el empate.
El público brasileño, fiel a su estilo, no paró de insultar a su equipo y a silbarlo, hasta que Bruno Rodrigo a los 71′ ponga el empate, y ahí comenzaron a alentar.
Un rato de esplendor tuvo Cruzeiro, tras el empate, pero no fue capaz de aumentar, ya que la defensa de Boedo estaba bien parada.
Fue justo el empate, aunque mal no hubiera estado el triunfo de San Lorenzo, porque fueron más ordenados y decididos en líneas generales.
El «Pipi» Romagnoli volvió a ser expulsado, el jugador agredió con un puñetazo, a los 77′, al boliviano Marcelo Martens, quien no devolvió un balón cedido al lateral por San Lorenzo, tras la lesión de un brasileño.
La cuestión es que San Lorenzo es semifinalista y espera rival, ya que este jueves Lanús definirá ante Bolívar, ya que no pueden jugar dos equipos de un mismo la final de la Libertadores, salvo que sean tres los clasificados, pero Arsenal ya se fue.
@lostribuneros
