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El domingo, mientras cubríamos el fútbol uruguayo por la mañana, vía DirecTV con mi compañero Fede Angostini, quien tomaba apuntes del juego entre Racing y Cerro, me puse a dar una ojeada en un diario deportivo uruguayo, y tras leer una nota, nos tiramos al piso de tanto reír; el gran «Chueco» Perdomo, le aconsejó a su hijo «tiene que aprender a controlarse».
José Perdomo, conocido como el «Chueco» es uno de los mejores jugadores del fútbol uruguayo de los últimos tiempos, era un 5 típico del fútbol de la vecina orilla, esos que te hacían pelo y barba en el área y la autopsia en el centro del campo.
Puedo decir que el «Chueco» era una suerte de Carles Puyol pero con agallas, porque en la época en que este muchacho jugó, que fue hace casi 30 años, no existía el «Fair Play» y se cobraba falta cuando había quebradura expuesta con riesgo de morir por hemorragia, por decir algo.
Vimos al «Chueco» hacer pata ancha en la «Caldera del Diablo», donde Peñarol se convirtió en el primer equipo en ganar allí, en 1987 por la Libertadores, ganar clásicos con el corazón, ser el mentor del gol que le dio el título de la Copa América 1987 a Uruguay, acá, en River Plate, e incluso le marcó un golazo en Wembley a los ingleses, rompiéndoles un invicto de 117 partidos, logrando que un diario británico de gran rotación llame «estúpido» al legendario arquero Peter Shilton.
Hoy el «Chueco», tiene dos «botijas» como le llaman en Uruguayo a los «pibes», que juegan al fútbol, uno de ellos, es arquero del Rentistas.
Perdomo era un calentón capaz de tomarse a golpes con el referí y con la barra brava contraria, o como sucedió en un partido ante el (hoy) Defensor Sporting en 1987, en el Franzini, cuando un grupo de hinchas del «tuerto» le gritó «cagón», mientras se marchaba expulsado, éste pretendió saltar el alambrado para tomarse a golpes de puño. Fue frenado por la policía y un grupo de compañeros y rivales, pero se las ingenió para ir a buscarlos después.
Otra anécdota del «Chueco» fue un partido donde ¡que raro! se fue expulsado, no recuerdo si fue por liguilla o un amistoso de verano, cuando el árbitro le quiso mostrar la amarilla y éste le señaló que tome el número de su pantalón no mostrándole su espalda, ya que por esos años, hasta el short era numerado, el juez entendió que le señaló sus genitales y lo echó (espero la memoria no me falle).
En fin, si bien soy de El Tanque Sisley, tuve ídolos de los dos grandes, como Rodolfo Rodríguez, el «Cascarilla» Morales y De la Peña por Nacional o Fernando Álvez, Fernando Morena y el «Chueco» Perdomo por Peñarol, entre otros ídolos, y en mi querido fusionado no debo dejar de nombrar a Gabriel Pereyra, el «Cabeza» Charquero y el arquero Jorge «Loco» Palermo.
Marcelinho Witteczeck
A los 2:22″ del video, podrán ver el gol del «Chueco».
@lostribuneros
