El estadio Azteca es el tercero más grande del mundo

El estadio Azteca de México es el estadio más grande de América y el tercero más grande del mundo detrás del Reungrado Primero de Mayo de Corea del Norte y el Salt Lake de la India.

Por la década del ’50 México iba ya en un sostenido crecimiento de población y el fútbol ganaba en popularidad. Los mexicanos tenían el estadio Universitario para jugar; el recinto albergaba 60.000 lugares, pero cada vez que había juegos de alta tensión decenas de miles de aficionados quedaban en la calle.

Conscientes de esto, varios directivos del fútbol mexicano decidieron construir un megaestadio capaz de albergar arriba de 100.000 aficionados.

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Los arquitectos Pedro Ramírez Vázquez y Rafael Mijares Alcérreca se tomaron el trabajo de recorrer diversos puntos del mundo para obtener una idea clara de cómo sería el naciente estadio.

Viajaron por Buenos Aires, Madrid, Roma, Florencia y Moscú, hasta que en 1962 comenzaron la construcción.

Emilio Acárraga Milmo fue el encargado de autorizar el proyecto, que fue avalado por el presidente de la república de aquel entonces Adolfo López Matos y el presidente de la FIFA Sir Stanley Rous.

Participaron 10 arquitectos, 34 ingenieros, 15 técnicos y 800 obreros de diversos rubros. 180 millones de toneladas y 62.000 m2 de roca volcánica tuvieron que ser removidos, además, de tapar varias fumarolas apagadas.

El campo de juego, que actualmente respeta las medidas FIFA que es de 105 x 68 mts., está casi 10 metros por debajo del nivel de la calle, además, cuenta con un sistema de drenaje capaz de soportar verdaderas tempestades.

800 toneladas de varilla para soportar el concreto y 1200 toneladas de acero laminado fueron utilizados para edificar el estadio.

Un 29 de mayo de 1966 se puso puso en juego la pelota por primera vez; América encaró al Torino e igualaron 2-2. El nombre del estadio fue decidido mediante un concurso.

Grandes páginas de la historia del fútbol mundial se han escrito allí; Brasil y Argentina dieron la vuelta olímpica en las dos finales mundialistas que se llevaron a cabo allí.

Argentina Maradona

Tiene toda la funcionalidad de última generación, tanto en las tribunas, como debajo de ellas. Existe, entre otras cosas, bares y lugares de homenaje. El preferido de los mexicanos es Diego Armando Maradona, quien cuenta con un monumento que recuerda el gol con la mano ante los ingleses en 1986.

México es prácticamente inexpugnable allí, pero tuvo que lamentar dos derrotas dolorosas; la primera sucedió a principios de este milenio cuando la atrevida Costa Rica los superó y, en recuerdo a la final de 1950 donde Uruguay se mandó el «Maracanazo», la llamaron el «Aztecazo»; la segunda sucedió en 2013 cuando Honduras los derrotó dejándolos virtualmente eliminados de Brasil 2014, pero un milagro sucedido fuera de su casa los dejó vivos y lograron llegar gracias al Repechaje.

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América es el amo y señor de este recinto, pero tendrá que volver a compartirlo con su rival de patio Cruz Azul, quien no quiere jugar en su casa porque considera que está «embrujada». Necaxa ascendió pero utilizará su campo, al igual que lo ha hecho siempre la Universidad Nacional Autónoma de México, abreviado UNAM.

Aparte de albergar partidos de fútbol, también soporta conciertos de hasta 120.000 aficionados, inclusive, la popular liga de football americano (NFL) de Estados Unidos permitió que se lleve a cabo un inédito partido allí.

Actualmente su capacidad locativa para partidos de fútbol es para 105.000 aficionados cómodamente sentados.

@lostribuneros

 

 

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