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Lo que no han podido los políticos con la mejor predisposición ni el prócer José Artigas en años de lucha, lo pudo Chile en apenas 90′: unió a los rivales del plata.
Argentina y Uruguay tienen una gran rivalidad en los campos de fútbol. Disputan el clásico más viejo de América y el segundo más añejo del mundo. El prócer don José Gervasio Artigas, antes que el fútbol existiera, soñaba con una América unida, y especialmente con un Uruguay y una Argentina que fueran una sola nación.
El dedo en el ano a Cavani fue un insulto al orgullo de los uruguayos, quienes derecho tienen a golpearse el pecho, pues son tetracampeones del mundo (1924-1928-1930 y 1950 por eso las 4 estrellas en su escudo) y poseen 15 Copa América, ante un Chile que jamás ganó nada.
Despechados y llenos de bronca por el «dedito», y de yapa, la expulsión a Cavani, los charrúas, en su mayoría, al menos notamos eso por redes sociales, están deseosos que Argentina se alce con el cetro el próximo domingo en Santiago de Chile.
«Argentinos ganen la Copa América que entre nosotros nos arreglamos» dijo una hincha uruguaya en Facebook.
Chile perdió cuatro finales por este certamen la última derrota fue ante Uruguay en 1987.
@lostribuneros
